El duelo

Mamá siempre decía que si alguna vez ella se ponía grave no quería pasar sus últimos momentos en un hospital, ahora que lo escribo, no se si realmente "siempre lo decía"
pero yo sabía que así era
cuando veíamos a alguien enfermo, nos decíamos que no debía estar solx, que alguien debía cuidarle, que debía estar con su familia
luego yo estudié tanatología o acompañamiento emocional al ser cercano a la muerte y me convencí de eso, también lo hablaba con ella, entre nuestras conversaciones, nos dimos cuenta de que mamá sin haber estudiado ya muchas veces había sido una gran tanatóloga, ella no tenía miedo a la muerte, tal vez porque para ella, su muerte era encontrarse con Dios, o porque ella siempre era valiente

cuando el doctor de turno me dijo ese lunes que mi mamá no se iba a recuperar pero que aún  así ellos no podían darle el alta para que viniera a morir a casa con sus seres amados, empecé la cruzada para tener a mi madre con nosotros y que pueda morir rodeada de amor

ellos (la gente del Hospital Sabogal) me pusieron una y otra traba solo porque no querían que saque a mi madre de ese lugar donde ni siquiera me dejaban verla

me aterraba la idea de ella muriera sola

pasé una tarde de locura, coordinando para que mamá tenga todo en casa, todo tal cual tenía en el Hospital, porque al pedir el alta voluntaria ellos se lavaban las manos y mamá debía salir sin nada , tal como entró al hospital, esas fueron las palabras del médico, el maravilloso Doctor Silva, se apiadó de mí y me dijo que le dejaría la vía y me ayudó a conseguir algunos medicamentos.

Conseguí a las dos mejores enfermeras que puedan existir, dos ángeles nacidas en Venezuela, que trataron a mi mamá con amor y respeto hasta el último

el doctor Paredes se encargó de cuidarla, a él lo conocimos cuando desamparados por Essalud, íbamos y veníamos buscando sustento, él cuidó a mamá mientras estuvo esos días en casa.

pagué una ambulancia que llegó después de 4 horas, tenía terror de que el médico que reemplazó al dr. Silva, no quisiera dejarle la vía...

Cuando por fin me dejaron entrar, una vez llegada la ambulancia al estacionamientos de Sabogal, todo sucedió para mi como una experiencia extraordinaria

***Los agentes de seguridad que hacían mil preguntas para dejarme entrar, a los que días antes rogué, lloré y grité de desesperación por no estar al lado de mi madre, oían ALTA VOLUNTARIA y me abrían el paso, estaba aterrada pensando en que tal vez no hacía lo correcto, caminé con firmeza, detrás de los paramédicos, que venían con todo el equipo para trasladar a mamá de forma segura hacia nuestro hogar, cuando llegué a la sala donde tenían a mamá, me encontré con uno de los técnicos, al que un día antes le pedí que la cuidara, que ella tenía cáncer terminal; él al vernos se acercó e inmediatamente empezó a preparar todo; mamá ya no estaba consciente, la enfermera que días atrás también había sido dura conmigo, se acercó y me susurró: ESTÁS HACIENDO LO CORRECTO Y ME SONRIÓ, el técnico, ayudó a los paramédicos a mover el cuerpo de mamá de la cama del hospital a la camilla de la ambulancia, la tapó bonito con unas batitas y encima puso una colcha que habíamos llevado y empezó el camino más doloroso y hermoso que jamás viví con mamá, MÉDICXS Y ENFERMERXS DE PRONTO SE PONÍAN DE LADO Y NOS OBSERVABAN PASAR CON RESPETO, ese trance duró unos minutos pero a mi me pareció eterno, hasta los vigilantes se ponían a un costado y nos miraban con respeto***

Mamá falleció hace un año a las 2 pm. pero para mi uno de los momentos más memorables es este

Doy por terminado este blog, mi proyecto de arte Duelo y también mi propio duelo, libero a mi madre de mi dolor y nos permito seguir adelante.